Me llevé un pequeño chasco por el... automatismo con que firmaba, la "frialdad" con que se mostraba... Pero bueno, al menos se preocupó en salir, estar un poco con la gente que se había movido hasta allí no como el gran Jared Leto ( que no se note que no me llevé una bonita estampa del cantante) y el virtuoso guitarrista Tomo (¿por qué no te acercaste a las vallas una de las tantas veces que saliste a fumar mala pekora?).

Los telorenos eran unos auténticos frikis con encanto. La puesta en escena un entretenimiento total, un cachondeo de tíos vamos. Ahora que me acuerdo del jeto del cantante... ¿no tenía un aire a Flipy de El Hormiguero? mmm Tendré que consultarlo al resto.
Bien... y por fin llegó el instante en que los teloneros se despidieron dando pie a la entrada de 30 Seconds to Mars con su inseparable "O fortuna" de fondo y esa oscuridad rota por cientos de flashes de cámaras.

Y comenzó la locura... El calor elevado a la enésima potencia, el sudor (sudé tanto como cuando estoy en mi sauna particular), las hostias varias (no digo leches porque eran auténticas hostias), empujones, medio mareos, vasos de agua que llegaban o se quedaban a medio camino, gargantas desgarrándose coreando A Beautiful Lie, The Kill, Buddha for Mary..., comentarios poco afortunados quizá del cantante, sus infinitos y estudiados Fuck, la falda escocesa de Shannon, la diadema de orejitas de Tomo, los paseos de Tim por el escenario, la bocanada de aire fresco cuando lanzándose al público Jared arrastró hacia él a decenas de personas que nos dejaron en paz por unos instantes, la dedicatoria del concierto a los africanos (¿somos africanos al final o no?), mi negativa a volver a un concierto del grupo en un recinto cerrado rodeada de hooligans... y un larguísimo etc.
Con los pantalones embuchados cual chorizo de salamanca, el pelo chorreando sudor, salimos al fresco escocés en busca y captura de Mara la oveja descarriada que había logrado ponerse en primera fila para su suerte, pues tenía delante a su guitarrista... Volvimos a las vallas, esperamos a que salieran pues les vimos cenando, saludarnos pero no salir... Y ahí entró en escena de nuevo el alma mariana que tiene Shannon Leto escondida bajo esa mirada felina.

Así que reventados del concierto, sudorosos, congelados y algo cabreados nos largamos del Corn Exchange a la búsqueda de un taxi.
Tardé unas horas en saborear realmente en concierto, en verlo con perspectiva, en darme cuenta de la suerte que habíamos tenido al estar donde estuvimos, al verles tocar en vivo y en directo, al quedarme medio ronca cantando a la vez que Jared Leto esas canciones que, en cierta manera, se han convertido en bso de mi día a día...
Al final... el concierto no fue tan terrible, al menos Shannon y Tim hicieron que los moratones, la falta de aire y demás, se vieran relegados poco a poco a un segundo plano. Pero tampoco es cuestión de crucificar a Jared y Tomo pues... ambos lo dieron todo en el escenario (flipé viendo cómo lo vivía Tomo y cómo Jared, según me ha comentado Mara, se emocionó mientras coreábamos The Kill) así que... les daré un pequeño voto de confianza que tendrán que ganarse la próxima vez que los vea. Porque habrá próxima... os lo aseguro.
Es curioso pero... ahora, cuando escucho las canciones, me suenan diferente... Como más... "auténticas"... ¿Se me habrá ido la olla del todo?
1 comentario:
Aissssssss me ha encantado la cronica chiki!! aisssssss k suerte de haber estado tan cerca de ellos..aunk pillo a los hooligans k os hicieron todas esas heridas de guerra y los acribillo¬¬
Publicar un comentario